del menú de imposibilidades
elegí ser dios con minúscula,
pero no agrandé el combo y me quedé sin el poder de destruir lo que creaba
(la omnipotencia delirante, la más real por donde se la mire, siempre me pareció un acto de misantropía y egoísmo
y yo no sé si soy así…
no sé no sé no sé…)
ahora resulta que es mi poesía la que me escribe
y toda mi vida deviene en una teogonía ilegible
13 oct 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Este comentario es para el poema de Felipe Nicastro, me pareció una obra maestra, simple, contundente, conmovedor, así debe ser un poema...Gracias Feli, por la magia...with love, M.
"Teoagonía" se me ocurre decir, sobre tu poesía donde se lee la angustia del hombre. Muy buen poema.
Es el precio de la libertad por no disputar la soberanía.
Publicar un comentario